Hemos remado contracorriente en muchos aspectos de la vida. Hemos tropezado en algunas aventuras cuesta-arriba. Hemos transitado entre retos y desafíos todo el 2021. Hemos pasado por sacudidas en nuestro entorno social día a día, pero –lo más lamentable–, hemos sufrido pérdidas de seres amados por la gama de un virus que parece extenderse más allá del alfabeto griego y que ha trastornado al planeta de muchas formas hasta la fecha.
Creíamos que la pandemia no duraría mucho tiempo y ahora decimos que “no tiene para cuándo”. Y, sin embargo, hemos superado el trance del dolor y de las pruebas, sin doblarnos ni mucho menos quebrarnos ante la adversidad. Porque ésta es ocasión de sacar el coraje de los más aguerridos seres humanos en su afán de construir algo mejor que la secuela de los golpes y los sinsabores de la vida.
Las limitaciones y los fracasos son también una gran lección entre las personas que saben lo que es caminar con el ánimo enhiesto, sean como sean las circunstancias que no está en nuestras manos controlar. Después de todo sabemos que los vuelos con el aire en contra, tiene su razón de ser.
Así, con esa mentalidad positiva, hay que seguir remando en el 22, al que le damos la bienvenido, sin importar lo que cargue en sus alforjas. Simplemente sabemos que seguramente serán otros doce meses de incertidumbre y vaivenes de un lado a otro.
De la alegría al dolor, de la luz a la oscuridad, de las tormentas a la mar en calma, de las rosas a las espinas y de las caídas a las levantadas. Porque así es la vida que vale la pena presumir a las generaciones venideras. Porque así son los escenarios que nos fortalecen en la lucha cotidiana por heredar un mundo mejor y de sanos aprendizajes a los que vienen detrás de nuestra huella terrestre. Porque así nos sirven las oportunidades para sacar la garra cuando más necesitamos enfrentar lo que venga en este tiempo que nos tocó luchar a brazo partido.
Lo importante es no temblar ante los cambios del entorno. Y adaptarnos a las retos con su rostro nebuloso. Lo prioritario es seguir poniendo lo nuestro en la preservación de nuestra actividad diaria, con la mira puesta en la fe de que solamente así seguiremos siendo baluartes de nuestra familia y seres útiles a la sociedad en este México que nos llama a seguir adelante, venga como venga el 2022.
Y en los momentos de duda o de desaliento, inspirémonos en ejemplos de grandes guerreros que con su edificante ejemplo han salido adelante de tortuosos exámenes de todo tipo e inclusive de sus mismas limitaciones físicas, como la cantante Mandy Harvey, quien nos heredó un himno con la composición de su tema “Intentarlo”, tras haber quedado sorda y no se dio por vencida: “No me siento igual que como me sentía antes. El cielo es más gris que azul. Pero sé que un día saldré adelante y tomaré mi lugar otra vez. Si yo lo intento… Si yo lo intento”.