Muy poco duró la espera para que, tras los resultados del pasado proceso electoral, el Partido Revolucionario Institucional en Nuevo León pusiera en marcha su proceso de reestructuración y renovación de mandos.
A la luz de los resultados del pasado 6 de junio, nadie en el PRI podía dudar que ha llegado el momento de que el grupo identificado con el medinismo entregara el control del partido pues, desgraciadamente para ellos, ha quedado demostrado que el ex gobernador es un pesado grillete que los tricolores arrastran y los hace perder.
Por supuesto que al interior del grupo medinista había quienes no tenían intenciones de entregar el control del partido, entre ellos el ex candidato a la alcaldía de Monterrey, Francisco Cienfuegos quien, dicho sea de paso, fue uno de los artífices para que se ganaran 12 diputaciones locales de mayoría aliado con el PRD.
Pero también es cierto que hoy, nadie duda que la verdadera fortaleza del PRI está en Apodaca, con un César Garza que demostró que tiene la capacidad, músculo y fórmula necesarias para aplastar a la oposición y replicar el modelo por toda la entidad.
Con la fuerza que le da una votación de más del 60 por ciento del total de los votos, Garza ya levantó la mano para tomar las riendas del partido, lo que estuvo a punto de iniciar una verdadera guerra civil tricolor.
Esto es porque algunas personitas dentro del grupo medinista quisieron meterle ruido al ambiente soltando la maliciosa versión de que César había traicionado a Adrián de la Garza en las pasadas elecciones.
Por supuesto que César, siendo el viejo lobo de mar que es, rápidamente encontró el antídoto a ese dardo envenenado y retomó las palabras que dijo en una reciente entrevista con Hora Cero donde explica, con peras y manzanas cómo no solamente no traicionó a ninguno de sus compañeros de partido, sino que hoy su amistad con Adrián de la Garza es mucho más fuerte.
Lo que es cierto es que en lo que son peras o manzanas y ante el riesgo de que este infiernillo se convirtiera en un incendio forestal, Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, dirigente nacional del PRI, decidió dar un golpe de autoridad y vino a Nuevo León a calmar las aguas con un par de decisiones salomónicas.
La primera: designar a José Luis Garza Ochoa, un personaje muy cercano a él y de todas sus confianzas, como dirigente interino del partido.
La decisión es muy clara: como Garza Ochoa no tienen que rendirle cuentas a nadie más que a “Alito”, será una especie de intermediario entre todos los grupos que conforman al PRI quienes ahora tendrán que ponerse de acuerdo y jalar para el mismo rumbo.
Sin embargo, no se trataba de castigar a Heriberto Treviño quien, después de todo, hizo un trabajo aceptable en el partido en Nuevo León (que era relativamente fácil considerando el desastre que fue la gestión de Pedro Pablo Treviño al frente del tricolor).
Pues bien, Treviño fue designado como el nuevo pastor de los diputados locales del PRI en la próxima legislatura local, con lo que “Alito” mató dos pájaros de un solo tiro.
Primero reconoció el esfuerzo de Treviño y le dio una salida digna de la dirigencia estatal del tricolor y, segundo, coloca en la coordinación de la bancada priista a alguien que, aunque está un poquito más cerca del grupo medinista, se lleva bastante bien César Garza y el resto de la gente de Apodaca.
Queda claro que en esta reestructuración de fuerzas y mandos en el PRI, se ha decidido por la equidad, donde ninguno de los grupos predominantes se queda con el mando pues, después de todo, lo importante es aprender a ser una fuerza opositora que se convierta en el contrapeso que Nuevo León necesita ahora que Samuel García va a ser el gobernador.
Y hablando del gobernador electo, vaya que ha generado muchos comentarios la tan anunciada reunión entre Samuel y el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
La verdad sea dicha, muchas de estas reacciones vienen de la morbosa expectativa generada por el belicoso discurso que el gobernador electo había manejado en su campaña donde vislumbraba un enfrentamiento total y abierto con la Federación por aquello del tema del convenio fiscal.
Más de dos se frotaron las manos con anticipación esperando una lucha super libre y sin réferi entre el joven mandatario y el presidente de la Nación.
Sin embargo, quienes esperaban ver pleito tuvieron que conformarse con prender la televisión y sintonizar una transmisión de la AAA, pues el encuentro entre Samuel y AMLO fue todo miel sobre hojuelas.
Atrás quedó el Samuel candidato, todo belicoso y guerrero hacia la 4T y el mandatario mexicano.
Tras el encuentro, que duró menos de una hora, solo quedan buenos deseos, promesas de ayuda y hasta una foto frente al retrato de Francisco I. Madero que, la gente se va enterando, es como tataratío abuelo de Mariana Rodríguez, la esposa de Samuel.
Pasando a temas menos agradables queda claro que, en política, los tiempos lo son todo y las decisiones de gobierno son muy distintas si se toman al inicio, en la mitad o en los últimos momentos de una administración.
Eso se comprueba con la decisión de la administración de Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” de regresar a las restricciones de movilidad por el alarmante incremento en los casos de Covid-19 en la entidad.
Hoy, que el gobernador va de salida y ya no tiene que pensar en quedar bien con nadie, decidió ponerse estricto e iniciar lo que, desgraciadamente, se espera que sea un reforzamiento en las restricciones para intentar detener el avance del virus.
La decisión de reducir los aforos al 50 por ciento es apenas la primera fase de un endurecimiento de las medidas que no le van a gustar nadie, pero necesitan realizarse pues la gente no quiere hacerle caso a las medidas sanitarias.
Queda claro que hoy las advertencias de Manuel de la O Cavazos de que no había que bajar la guardia se las pasaron por el arco del triunfo pues, tristemente, la mayoría de los ciudadanos creyeron que la raquítica cantidad de vacunas que llegaron a la entidad, ya se había logrado vencer al Coronavirus y podían regresar al estilo de vida que tenían en el 2019.
Lamentablemente está claro que este virus no sabe de hartazgo y cansancio y solo existe para infectar y matar personas.