Entre los múltiples temas que andan flotando en la opinión pública existe uno que me ha llamado la atención pues me siento directamente aludido: el linchamiento mediático que se está haciendo en contra de la comunidad motociclista de Nuevo León.
Todo inició hace unas semanas, con la difusión de un video donde el integrante de un grupo de bikers que usan motos de clase deportiva, se estampó en la parte trasera de un vehículo que transitaba sobre la Carretera Nacional.
Una semana después, otro video mostró el terrible accidente donde el piloto de otra moto deportiva arrolló y mató a una joven madre –otra vez- en la fatídica Carretera Nacional.
En ambos casos el exceso de velocidad fue el común denominador y detonante de ambas tragedias donde se tiene que lamentar la pérdida de una vida.
Sin embargo el tema ha empezado a exacerbar luego de que el periódico El Norte, experto explotar los estereotipos y los prejuicios de una –de por sí- sociedad bastante prejuiciosa como lo es la regiomontana, comenzara a linchar a la comunidad motociclista por medio de notas donde exhiben las altas velocidades con las que estos pilotos circulan.
El linchamiento ya venía de meses atrás, basta recordar un publirreportaje patrocinado por una empresa de seguros donde detallaban lo peligrosos que son los motociclistas y cómo su “imprudencia” ha provocado un alarmante incremento en los accidentes viales.
Desgraciadamente para El Norte, los reporteros que hicieron este trabajo en video no son muy brillantes que digamos, pues en todos los videos de los accidentes que difundieron, se puede ver con claridad que el culpable del percance siempre era un automovilista.
Pero esto no importa. El objetivo del periódico estaba cumplido y su mensaje cayó en tierra fértil, pues la sociedad regiomontana no duda en crucificar a quienes utilizan una motocicleta ya sea para trabajar, transportarse o simplemente pasar un divertido fin de semana.
¿Por qué los automovilistas regiomontanos odian a los motociclistas? Podría mencionar muchos motivos pero mi favorito es la envidia. Detestan ver cómo mientras ellos están atorados en el infernal tráfico de esta ciudad, hay quienes pueden sortear el obstáculo y seguir con su camino.
También está la enferma adoración que esta sociedad le tiene al automóvil, donde lo convierte en prueba de estatus, de éxito personal y profesional pues piensan que solo los jodidos se mueven en transporte público o bicicleta.
El tema es que las tragedias que han enlutado a cientos de familias y que han tenido como escenario el pavimento de la Carretera Nacional, no pueden adjudicarse exclusivamente a los motociclistas.
El verdadero culpable de estos accidentes y muertes es la falta de cultura vial que existe en el estado de Nuevo León y que no se da solamente en los que se mueven en dos ruedas.
Si sucedieron estos accidentes, es porque los pilotos no estaban respetando los límites de velocidad permitidos y que aseguran poder controlar el vehículo que están tripulando.
Se habla de que iban a 160 y hasta 200 kilómetros por hora, velocidades en las que cualquier vehículo, sea moto, auto, camión o hasta triciclo se convierte en un arma mortal.
Crucifican a los bikers que van a altas velocidades sobre la Carretera Nacional, pero no dicen nada de las camionetas, sedanes, “mama vans”, camiones y autobuses que los igualan en los velocímetros.
Hoy los medios y un sector de la sociedad piden castigos ejemplares contra los “irresponsables” motociclistas que toman la carretera como pista de carreras pero, ¿por qué no mejor exigen sanciones contra todos los que violen los límites establecidos por la ley?
Es muy fácil encontrar culpables cuando no se quiere aceptar la responsabilidad que todos tenemos como sociedad para respetar una sana y segura convivencia en lugares tan concurridos como esa área del estado de Nuevo León.
Es cierto, hay bikers muy irresponsables, homicidas en potencia… pero también los hay entre los que están detrás del volante de una SUV o un vochito.