
Hay que tener mucho cuidado con el beneficio llamado 65 y más. Por eso celebro que el nuevo gobernador esté aceptando el acercamiento de los ciudadanos, de manera que espero haga caso a mi petición de acabar con los abusos de este programa. Y no me queda duda de que “El Bronco” o su equipo serán más estrictos para verificar que el dinero y los apoyos les lleguen a las personas que de veras tienen auténtica necesidad y borrar de la lista a las mujeres abusivas.
Me refiero en concreto a las mujeres porque muchas de ellas están inscritas y aceptadas por el gobierno en turno por el simple hecho de ser mayores de 65 años. Pero dicha edad no es suficiente para ser beneficiaria de tan bondadoso programa, pues muchas de ellas cuentan con recursos de más y no tienen necesidad de “limosnear”.
Claro que se trata de mujeres “picudas” que se atienen al dicho “a quién le dan pan que llore”, aunque en el fondo están cometiendo una injusticia, amparadas en la lenidad de las autoridades, pues con lo que ellas se “roban”, bien podría aumentárseles el monto de la ayuda a las más desamparadas e inclusive incluir a otras mujeres en situación de apremio pero que son descartadas por la miseria de pensión que reciben del IMSS.
El reparto gratuito de las pantallas de TV por parte del gobierno federal, con motivo del inminente apagón analógico, dejó en claro esta realidad contundente, pues basta con hacer una encuestas para saber a dónde fueron a dar muchos de estos aparatos entre esas mujeres que tienen hasta para surtir cada rincón de su casa en tiendas y mueblerías. De ahí que se deshicieron de inmediato del regalo de Peña Nieto rematándolo o rifándolo entre sus amistades.
Paso a explicarme con más claridad: hay señoras de más de 65 años que, en efecto, no tienen pensión del IMSS y por tanto aparecen como sujetas del programa y otros beneficios por su edad. Sí, por su edad nada más, porque resulta que son esposas de jubilados o pensionados que cobran buena lana en el IMSS y a veces de otras instituciones al mismo tiempo, como de la Universidad Autónoma de Nuevo León, de Ferrocarriles, de sindicatos diversos, etc.
Otras más tienen una tienda o negocio que les deja buen dinero en los mercados rodantes y como no pagan impuestos se hacen pasar como pobres y con toda desfachatez van a inscribirse al programa, igual como lo hacen mujeres que cuentan con recursos de los hijos profesionistas e inclusive de hijos políticos cuyo sueldo es un insulto a la razón. Pero como ellas dicen que ese dinero no lo ganan ellas y no aparecen entre las pensionadas del IMSS, pues entonces abusan de tal circunstancia.
Claro que también se cuelan en el programa de 65 y más algunos hombres flojos, verdaderamente flojos, y otros que trabajan por su cuenta y que al no estar protegidos por la seguridad social, les basta con estirar la mano y recibir la dádiva del gobierno, sin ser investigados en realidad para certificar su necesidad.
En cambio, vea usted el caso de muchas viudas desamparadas que apenas sobreviven con la miserable pensión del IMSS que les dejó su esposo, o un hijo que falleció soltero, y por ese simple hecho en el gobierno les cierran las puertas de toda ayuda. Sí, es cierto, gozan de la prestación del servicio médico, pero el dinero no les alcanza más que para subsistir o algo más que lo indispensable.
¿Quién tiene más necesidad? ¿Las señoras en situación de viudez marginadas a más no poder o las señoras que viven hasta con lujos gracias a los años de perseverancia en el trabajo de sus esposos o hijos solteros?
Por eso es urgente revisar cada caso. Y es urgente que personal de Trabajo Social certifique el derroche de dinero de los impuestos por los abusos de quienes no tienen necesidad de aplicar en 65 y más.
“El Bronco” ya tiene en sus manos esta petición. Y hay gente de su equipo que, sin dejar de ser sensibles a la urgencia de los más pobres, piensa que es conveniente seguir impulsando este programa pero con la lupa bien puesta en las personas que deben ser beneficiadas y cortar de tajo los abusos de las oportunistas.
Ojalá sea cierto. Porque con este Rodriguito no se ha conseguido nada en este aspecto. Ponle el ejemplo, “Bronco”.