Estaba El Apuntador regresando de vacaciones de las islas griegas -porque la Riviera Maya o Nayarita es para el turismo mexicano-, cuando por poco se le atora en la garganta el hueso del pollo que comía al escuchar el monólogo de María Julia “Sinfuente” en Telediario del lunes 25 de abril, como si fuera la nueva vocera del gobierno de Nuevo León, minimizando a las otras mujeres desaparecidas.
Como la señora conductora no brinca sin huarache, por cierto y dicho sea de paso: debería de estar jubilada, quiso asumirse como directora de comunicación social de Samuel García en lugar de Glen Villarreal, al afirmar que las 300 alertas Amber no son propiamente desapariciones consumadas, ni feminicidios. Sólo le faltó decir que “no estaban muertas, andaban de parranda”.
Quien por años se ha creído ese papel de defensora de las causas de los más vulnerables, dijo en vivo y a todo color por el Canal 6 de Multimedios que el caso de María Fernanda “no fue un feminicidio, sino un asesinato, porque ella fue por su propia voluntad al domicilio de Apodaca donde fue hallado su cuerpo”.
En cuanto a Yolanda Martínez Cadena, de San Nicolás de los Garza desaparecida el 31 de marzo, María Julia “Sinfuente” supuso que está con vida y no se ha reportado con sus familiares. Y negó que Nuevo León sea el nuevo Ciudad Juárez, ciudad fronteriza de Chihuahua que fue nota internacional durante muchos años por los asesinatos de mujeres.
Bien metida en el papel sacó de su ronco pecho, como si fuera el propio fiscal de Nuevo León, que Debanhi Escobar efectivamente caminó desorientada por el interior del motel Nueva Castilla y cayó a la cisterna de manera accidental. Y exigió que a la brevedad den a conocer esos videos.
María Julia trató de convencer al auditorio que la sigue ciegamente, que el caso de Debanhi no fue feminicidio, sino suicidio o muerte accidental. Una versión que no corresponde a ella (al menos que se lo hayan ordenado o pagado), sino al fiscal Gustavo Adolfo Guerrero.
Pero la gota que derramó el vaso se dio el 26 de abril, cuando Maria Julia se quitó la máscara y demostró el tipo de periodismo de lavadero que practica durante la fallida y penosa entrevista que le hizo a Mario Escobar, padre de Debanhi.
De entrada hay que decir que el hombre asumió una evidente actitud a la defensiva de la conductora, quizás porque se había enterado de su editorial/defensa de un día anterior.
Las cosas se pusieron peor, cuando Maria Julia, sin el menor respeto a una persona que está de luto pues acaba de perder a su hija, quiso cuestionarlo quesque por “sus cambios de actitud” respeto a la investigación de la Fiscalía.
Queriéndose pasar de lista, la señora hasta sacó un periódico para demostrarle al señor su teoría de que un día decía una cosa y al otro otra. ¿Es esa la manera de tratar a un padre que acaba de enterrar a su hija? ¿Quién le dio atribuciones de Fiscal o Juez para poner a juicio a este señor?
Frustrada porque el hombre siempre la ponía en su lugar luego de cada embate y preguntas fuera de lugar, Maria Julia se quitó los guantes, se fue a los lavaderos y le preguntó a Mario por el hecho de que Debanhi no era su hija biológica, un dato que aunque es conocido, nunca había sido llevado a la discusión porque realmente no es relevante.
Otra vez el hombre respondió con firmeza y dignidad, evidenciando el nivel de periodismo que practica.
Que vergüenza, en serio.
Pero si usted tiene aún dudas del papel que está jugando Multimedios, resulta que El Apuntador recibió un screenshot de la publicación que subieron a la página de Milenio Ciudad de México la noche del jueves 21 de abril pasado cuando fue localizado el cuerpo de Debanhi en la cisterna. Y ¡oh sorpresa!: desapareció a los pocos minutos como por arte de magia.
“¿Samuel García se pronunciará en Redes Sociales sobre cuerpo hallado en Escobedo o guardará silencio?”, fue escrito por el community manager que duró solo 15 minutos y que llevaba 672 likes, 40 compartidas y 198 comentarios (ya se imaginará el despotricadero) y que fue eliminado por órdenes de muy arriba.
Dentro de la empresa del compadre de este Apuntador, don Francisco “Pancho” González, los encargados de los sitios de Internet y de redes sociales deben trabajar con doble presión: por un lado darle gusto a sus jefecitos para tener ingresos, reacciones y reproducciones a notas y videos, y por el otro que no criticar a los políticos intocables.
Cuando el PRI gobernó dos sexenios Nuevo León, sucedió también en los últimos dos años de “El Bronco”, y ahora con Movimiento Naranja, en Multimedios no cambian las cosas: en el área de noticias se trabaja con dos cachuchas.
Y por cierto, en el gobierno tendrían que reconsiderar el papel de María Julia como su defensora preferida, pues no hay que tener una maestría en Harvard para saber el daño que les causa porque el 99.9 por cierto de los comentarios a sus videos son negativos que impactan en Samuel y Mariana.
Hay que decir que la cobertura que los medios le dieron a la búsqueda de Debanhi Susana Escobar dejó muchas lecciones y desnudó, una vez más, las fallas y la poca capacitación que tienen los reporteros locales para cubrir este tipo de noticias respetando la privacidad y dolor de las familias afectadas.
Por un lado tenemos payasos cuyo nombre no vale la pena mencionar, quienes llevaron ¡a un brujo! quesque para que les señalara el lugar donde se encontraba el cuerpo de la chica.
¿Y qué decir de la irrespetuosa actitud mostrada por un joven reportero de TV Azteca, que se ganó el reclamo de Mario Escobar, padre de la joven, quien finalmente estalló por el acoso mostrado por el nobel comunicador afuera del Palacio de Gobierno?
Ahí están también las múltiples imprecisiones, rumores, datos inexactos y hasta chismes que se soltaron en las horas y horas de transmisiones en vivo realizadas durante los cateos e incursiones por parte de las autoridades ministeriales.
Contarlas todas sería realmente imposible, pero hay que decir que mucha culpa de ellas la tiene la poca prudencia mostrada por toda la prensa regiomontana de tomar como buena toda noticia o comentario que aparece en las redes sociales o creer lo que dice cualquier persona a la que se le entrevista.
Prueba de ello es el ridículo que hicieron todos los medios de Nuevo León (todos, Hora Cero incluido), de darle espacio y credibilidad a las declaraciones de un personaje de apellido Tamez quien se identificó como coordinador regional de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Mostrando una credulidad pasmosa, los medios neoloneses no solo entrevistaron a este individuo, sino dieron como buenas sus aseveraciones que la joven Debanhi había sido violentada sexualmente y que se estaba exigiendo una segunda autopsia.
Apenas pasaron unas horas, cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (la verdadera) y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, emitieron sus respectivos comunicados descalificando a este personaje y las cosas que dijo, dejando a los medios de Nuevo León avergonzados por el error que cometieron.
De hecho, siendo sinceros, los medios no son del todo culpables de estas fallas, omisiones y excesos, el mismo público tiene la culpa cuando, otra vez, por medio de las redes, muestra su preferencia por este tipo de coberturas.
¿O de qué otra manera pueden explicar que un Youtuber como Fabián Pasos, de Mafian TV, fue uno de los que mayor audiencia tuvo durante todo este asunto?
Si siguen las transmisiones de este personaje, que ahora resulta que abandonó el país pues fue víctima de “amenazas”, podrán darse cuenta que lo último que hay en ellas es rigor periodístico, todo es subjetivo, todo son suposiciones, rumores, apreciaciones personales por parte de Pasos.
Es cierto, se apuntó un par de cosas buenas, como haber estado en el lugar correcto al momento correcto para captar el reclamo que el papá de Debanhi le hizo a los agentes ministeriales… pero eso no tiene nada que ver con la preparación, es simple y llana suerte.
Aún así, ¿la gente ignoró este tipo de cobertura? ¡Al contrario!, le dieron millones de vistas.
Entonces, aquí es donde tenemos que preguntarnos qué tanta culpa tienen los medios por las deficientes coberturas de este tipo de incidentes y qué tanta la tiene el auditorio, que ese es el discurso que quiere escuchar.
Tristemente, los números muestran que los medios no tienen ninguna prisa por cambiar estas actitudes.
Un reciente estudio presentado por la organización ¿Cómo Vamos Nuevo León?, denominado “¿Cómo nos informamos en Nuevo León?”, muestra que con todo y todo, la televisión sigue siendo el medio preferido de los ciudadanos para informarse, pues el 67 por ciento de las personas encuestadas para este trabajo, así lo dijeron.
Lo que llama la atención, es que el segundo lugar de las preferencias para informarse de los neoleoneses lo ocupan las redes sociales, con el 22.6 por ciento, el cual se divide de la siguiente manera: 89.4% lo hace por Facebook, 5.1 por Twitter y 3.4 por Instagram.
El resto de los medios, o sea los portales de noticias, la radio y los periódicos se encuentran muy por debajo de las preferencias del auditorio… pero seguramente estas cifras no sorprenden a nadie ¿o sí?
POBRE PROCESO
Pasando a otros temas, quien sigue arrastrando por los suelos el prestigio de la revista Proceso es su corresponsal (porque lo es, de acuerdo al reconocimiento que le dan en la Ciudad de México) Juan Alberto Cedillo.
Por una extraña razón que solamente entienden en las oficinas centrales de la revista, este personaje puede hacer casi lo que se le da la gana sin recibir ningún tipo de reprimenda por parte de los directivos de la revista fundada por Julio Scherer.
El más reciente de los incidentes de Cedillo es, quizás, el más vergonzoso de los que ha protagonizado y ocurrió durante los funerales de Rosario Ibarra de Piedra, la reconocida activista y estandarte de la lucha contra la desaparición forzada en México.
Resulta que el pasado 16 de abril, Cedillo arribó a la capilla donde se estaban velando los restos de Ibarra de Piedra y, mostrando una enorme falta de respeto hacia la familia, se acercó al féretro, sacó su cámara y tomó, al menos, una fotografía al cadáver de la señora.
Obviamente cuando la familia de doña Rosario, especialmente el yerno de la señora, se dio cuenta de esta acción por parte de Cedillo, lo confrontó para reclamarle como se esperaría la enorme falta de respeto.
Como es de esperarse en este tipo de eventos, las emociones estaban a flor de piel y las cosas fueron escalando en parte por la intransigencia de Cedillo de reconocer que había cometido un error.
Sin embargo, el mal estaba hecho y los familiares de doña Rosario corrieron del funeral a Cedillo y casi hacen lo mismo con los reporteros de La Quincena, quienes intentaron meterse para intentar poner paz en el asunto.
Obviamente tras el penoso incidente, nadie en el ambiente periodístico de Nuevo León se atrevió a defender a Cedillo como ha pasado en anteriores situaciones, donde este personaje se ha hecho pasar como la víctima para ganar notoriedad entre el gremio.
En esta ocasión no hubo condenas, exigencias de justicia y respeto al ejercicio periodístico y la libertad de expresión, un hecho totalmente comprensible pues nadie puede justificar esta falta de respeto a la memoria y restos de una mujer que dejó mucho por este país.
Aquí la duda sigue siendo ¿por qué Proceso sigue aguantando a este polémico personaje? Quizás nunca sabremos la respuesta.
Quien regresó a su papel de periodista de línea dura y de investigación con rigor es Santiago Fourcade, un influencer en temas de futbol que tomó la decisión de renunciar a la gerencia de contenidos en Multimedios Deportes (no así a los programas en la RG La Deportiva), para buscar nuevos horizontes.
Él tiene una cualidad que muy pocos pueden presumir en en el ejercicio periodístico: la versatilidad. Pues igual aborda temas deportivos que políticos, policiacos y comunitarios. Y, la verdad, este columnista ya lo extrañaba en esta faceta.
A comienzos de abril Fourcade confió a varias personas, si no que a muchos, que dejaba parcialmente su puesto en Multimedios -renuncia que sorprendió al principio, pero al final aceptó su ahora ex jefe Willy González-, para incursionar de nuevo en el periodismo serio, por así decirlo, como lo hizo en Televisa Monterrey y Milenio.
Tiene muchos seguidores en sus redes sociales porque es polémico en sus comentarios; es aficionado a los Rayados y no lo esconde, pero ha sido blanco de críticas muy ácidas de sus detractores, sobre todo Tigres.
Ahora falta que entre de lleno a enderezar Reporte Índigo en Monterrey como director editorial, obviamente sin dejar lo que bien hace desde hace años: reportear, investigar y entrevistar, como la reciente que le hizo a Mario Escobar, el papá de Debanhi.
¡Suerte Santiago!
Y ahora va la gustada pregunta de la quincena: ¿qué estaba pensando Luis Carlos Ortiz ese lunes 25, cuando su compañera María Julia quiso minimizar las desapariciones y muertes de mujeres en Nuevo León?
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