
En pleno inicio de festividades del Bicentenario de México, siguen en el inconsciente colectivo y encontrando terreno fértil en la ciudadanía, los rumores que “aseguran” que no pasa este año sin que tengamos un nuevo episodio violento en nuestro país, como si fuera una coincidencia macabra en la historia nacional.
Y después de todo, la gran fortaleza de los ciudadanos, es precisamente su sentido común, y desde su punto de vista sí hemos tenido una guerra para lograr la Independencia de México, en 1810, y después tuvimos otra para poder aspirar a ser una nación igualitaria y buscar la democracia 100 años después, en 1910, ¿por qué no esperar algo similar precisamente en el 2010?
Porque mas allá de cadenas de Internet, o charlas populares, la verdad de las cosas no se necesita ser adivino, para darnos cuenta de que, digan lo que digan, ¡ya estamos librando la guerra del 2010!
Como dijera Jack El Destripador, luego de ser detenido por Scotland Yard, “vamos por partes”: ¿cuáles pueden ser consideradas las diferencias sustanciales, entre el nacimiento oficial de una revuelta para buscar la Independencia de España, o iniciar un movimiento agrario nacional para exigir la igualdad de los derechos de los campesinos, con los tiempos en los que estamos viviendo?
Si acaso la única diferencia palpable es la naturaleza de la lucha, o los nombres de los bandos y sus cabecillas, pero a diferencia de la sincera pero poco creíble Lucha Libre, en la Guerra del 2010 que ya padecemos los ciudadanos en México, se complica todavía, poder diferenciar entre los rudos y los técnicos, vaya pues, porque de repente se supone que las policías o los directores de los penales, quienes teóricamente deberían ser los querubines, terminan siendo más pingos que el mismo Lucifer.
Pero para fines prácticos, ya están muriendo masivamente mexicanos inocentes o no, ya que según las estadísticas, tan sólo en Nuevo León, en los últimos 12 meses, más de 400 personas han dejado este mundo, mismo número que los fallecidos en ¡los últimos 12 años!, lo que significa que nos encontramos ante un incremento francamente explosivo y fuera de todo control…. igual que en las guerras de hace 100 y 200 años, ¿o no?
Esto es tan sólo en nuestro Estado, pero a nivel nacional cerca de 30 mil personas han sido asesinadas en diversos episodios, la mayor parte de ellas delincuentes, conviene recalcarlo, pero nuestra lucha del Siglo XXI toma forma como una Guerra Armada, en la que incluso ya empieza a asomarse el fantasma de la NarcoGuerrilla, luego de los sucesos registrados en Ciudad Juárez.
Y bendita, ¿o maldita? paradoja, tienen que ser Ciudad Juárez, Chihuahua, y Ciudad Juárez, Nuevo León, en las que recientemente se han registrado todo tipo de episodios sangrientos, como las matanzas masivas, o el descubrimiento récord de narcofosas, ambas ciudades que llevan, por cierto, el nombre del Benemérito de las Américas.
¡Caramba, Don Benito Juárez García se ha de estar revolcando en su tumba al ver el México actual!
Y mientras que los expertos aseguran que en las guerras de Independencia y de la Revolución facilmente fallecieron más de un millón de mexicanos, es hora de que los ciudadanos reiteren un “¡Ya basta!”, seguido por un desgastado pero realista “¡Si no pueden renuncien!” para evitar que en esta guerra del Siglo XXI, no vayamos a rebasar esa dolorosa cifra.
Porque si se nos hace costumbre y seguimos perdiendo la capacidad de sorprendernos ante los hechos cotidianos, al rato debemos esperar más violencia, porque según nuestro calendario cívico, en el 2013 se cumplirá el Centenario de la Decena Trágica, mientras que en el 2014 estaremos celebrando los 100 años de la Invasión de los Estados Unidos en Veracruz.
Luego, en el 2015 debemos obligarnos a recordar aquella generación de jóvenes que 100 años dijeron un “¡Ya basta!” a la violencia y a la destrucción y en el 2016 deberemos hacer lo propio cele