Cuando existe un matrimonio pactado por conveniencia, y la pareja permite el ingreso de un tercero, para armar un triángulo pasional, la situación se desborda.
Basada en una historia tomada de la realidad, Curiosa (Curiosa, 2019) presenta los días tormentosos que pasaron el célebre poeta erótico Piere Louÿs (Niels Schneider) y su amante, la hermosa y futura escritora Marie (Noémie Merlant), tristemente casada con un hombre apocado, amigo del primero, y quien se coloca dulcemente la cornamenta para satisfacer a los dos.
Sin embargo, la naturaleza licenciosa del singular amasiato, hasta ahora poco conocido, hace que los enamorados experimenten nuevas formas de asociarse con otras personas, buscando formulas diferentes de convivencia concupiscente, traspasando los límites establecidos por la rígida sociedad parisina de la época.
Es complicada la relación en estas condiciones, pero Pierre y Marie consiguen adaptar su moralidad fragilísima a las circunstancias, y convierten su relación en un festival de la carne. Los placeres se multiplican cuando él se obsesiona con una cámara fotográfica, un invento reciente que les permite capturar imágenes candentes de desnudos en posturas y situaciones que desafían las buenas costumbres.
El retrato es de un tiempo en la que el ambiente cosmopolita incitaba a los juegos de alcoba ocultos. La gente en público se comportaba con propiedad y refinamiento, pero en privado se permitía gustos excesivos. Los amantes hacían tertulias en las que había ambientes orgiásticos, con derroches de placeres. Las mujeres, en busca de liberación se daban por goce, pero eran, también, observadas como objeto.
El mismo Pierre, en el exceso de su perversa inocencia, compra a una hermosísima joven y la convierte en muñeca para su disfrute y el de sus amigos que la requirieran, sin reparar en que ella podría albergar sentimientos de atracción y amor.
Le película se convierte, por pasajes, en una repetitiva muestra de refinadas obsesiones. Los enamorados se precipitan en pozos de sensualidad, donde parece que la alegría no tiene fin. Solo sirve ganar placer, obtener retribuciones a través del sexo, rebajándolo a un intercambio meramente físico, más allá de la espiritualidad que ellos pretendían alcanzar con un amor explosivo y feliz que lentamente los va dejando exhaustos. Pero mientras desfallecen, él escribe y escribe versos que fueron obscenos en su tiempo y que ahora son textos clásicos.
Destaca en la historia el buen gusto de la realizadora Lou Jeunet para presentar con gran sutileza las ambientaciones y los juegos prohibidos, en un ambiente de bohemia y libertad total, escenario perfecto para el amor y la pasión. Representan Pierre y Marie una anticipación lo que sería, años después, la implosiva relación de Henry y June (Henry & June, 1990), que retrató con escandalosa precisión Philip Kaufman en el mismo escenario parisino ensoñador.
El drama es aderezado, como curiosa sofisticación, por la música electrónica de Arnaud Rebotini que suena como un agradable desfase de la época, mezclada con música de cuerdas, y resaltando la poderosa energía sexual que rodea a la entusiasta pareja.
Aunque los personajes sufren y enfrentan numerosas vicisitudes por conseguir sus propósitos, la historia tiene un gran impulso vital hacia la alegría y el desenfado, con una invitación al desenfreno, para evitar la hipocresía y romper con atavismos inútiles que simplemente contribuyen a la tristeza.
Curiosa es una sensual pieza fílmica que muestra mucha piel de bellos cuerpos.