Con Meteoro: La Película, los Hermanos Wachowski presentan una nueva forma de contar historias. Con absoluto desdeño a las convenciones de la narrativa fílmica, se aventuran a presentar una cinta desde su muy particular punto de vista.
La pareja revolucionó la industria con la trilogía de Matrix. Aquí vuelve a impactar, con una extravagancia similar, que abre un nuevo camino para la combinación de realidad y animación tridimensional, con un estilo que, seguramente, será imitado en los próximos años.
Sin embargo, así como ganaron en otra revolución visual, pierden en cuanto a contenido y profundidad. La película tiene una asombrosa propuesta de imagen, pero la historia es larga e inaccesible -por momentos- para los niños, y con personajes planos y desangelados.
Desafortunadamente, ninguno de los protagonistas genera esa atracción que hay en las grandes producciones. Hasta las carreras de autos son poco emocionantes. Hay un agasajo visual en las competencias pero, extrañamente, no aportan tensión, ni drama. Todo luce como un grande y ruidoso videojuego, de esos que pueden provocar vértigo y vómito.
Parece que el público al que se enfocan es al de adolescentes y adultos jóvenes, a quienes les dan una atracción de dibujos animados con un contenido para personas maduras.
Los Wachowski crean un universo nuevo, basado en la animación japonesa de los 60, que fue transmitida en Occidente con éxito. En él está un niño obsesionado con las carreras, buscando imitar a su hermano, un competidor legendario que terminó su carrera –supuestamente- de ma-nera trágica. Al crecer y convertirse en un as del volante llamado Meteoro, el chico es acosado por un inescru-puloso patrocinador que quiere forzarlo a ser parte de su escudería.
Durante varias competencias el malvado envía a corredores sucios para que acaben con él. Meteoro es ayudado por X, un velocista que forma parte de una agencia secreta que lucha contra el crimen.
Esa es, básicamente, la trama de esta película fallida, que puede resultar aburrida para los niños, aún y con la inclusión del chimpancé chistoso, un recurso de comedia que quedó obsoleto hace más de dos décadas.
Los directores atropellan los convencionalismos de la técnica cinematográfica, con la licencia que les permite ser maestros en la filmación y en el uso de nuevas herramientas de digitalización, para capitalizar ideas que se convierten en deslumbrantes imágenes.
Incomprensiblemente, los Wacho-wski complicaron una historia que parecía sencilla. Los pequeños fans de la animación por computadora ven, atemorizados, cómo en pantalla el malhechor explica un plan que implica un fraude en las carreras, pero que tendrá consecuencias en las bolsas de va-lores del mundo. Desconcertados, siguen una explicación de cómo suben y bajan las cotizaciones en los mercados internacionales. No parece, así, un producto familiar, como lo venden.
Los Wachowski son magos de la animación pero, cuidado, no todo lo que tocan se convierte en oro. Hay que recordar Matrix Recargado y Revolución. Son bellezas visuales que tuvieron cortísima vida en la memoria colectiva.
Meteoro: La Película es una atracción visual con pirotecnia, pero con escasa sustancia.
Ya viene la segunda parte.?