Todo en Relic es atmósfera.
La asfixiante cinta, que se circunscribe en la nueva ola de terror, tiene más ambientación que sobresaltos, y le apuesta absolutamente todo al sobrecogedor desenlace, que llega luego de una trama lenta, pasmosa y, por momentos, desesperante. Ubicada en un suburbio de Australia, en un caserón en medio del bosque, la historia relata la desaparición de Edna (Nevin), una anciana consumida por la demencia senil, que vive sola. Van en su búsqueda, su hija Kay (Mortimer) y la hija de esta, Sam (Heathcote). Cuando la mujer reaparece comienzan a suceder situaciones inexplicables en la mansión de la que hasta los vecinos rehuyen.
La película es una larga metáfora sobre el olvido y sus efectos devastadores. Aunque está envuelta en situaciones hechas para generar sobresaltos, en realidad no hay terror. Lo que se muestra es horror, pero únicamente en lo visual, a través por algunas escenas grotescas que mezclan divagaciones oníricas y estados alterados de conciencia, mezclados con una difusa realidad.
La debutante directora y coguionista Natalie Erika James se concentra en los temores primarios, en los que niños y adultos se sienten atemorizados. Hay una casa sola, con sonidos espeluznantes y sombras nocturnas que sugieren presencias siniestras que buscan lastimar a los vivos y llevárselos al averno.
Sin embargo, el relato es tan firme en su propósito de evitar percances entre los vivos y los supuestos muertos, que mueve a sospechar que las intenciones de la producción no son solamente las de provocar el fácil jump scare. De esta forma, se va revelando que el discurso es mucho más profundo y tiene connotaciones contrarias a la existencia de posibles acechanzas malignas, que comprometen la integridad de estas mujeres.
Kay tiene algunos sueños que se proyectan como sugeridos flashbacks sobre su propio abuelo, un hombre que vivía en un lugar cercano y que pereció tristemente en el olvido. La situación en la que vive su madre hace que se sobreponga a la repugnancia que podría provocarle su conducta y las condiciones en las que vive, para entender, más allá del horror, qué ocurrió con ella, como ha sido su vida en el abandono y cómo puede prestarle auxilio.
La escena del desenlace indemniza con creces la paciencia invertida para verlo llegar. Hay un momento en el que la casa, cada vez más deteriorada, parece colapsarse, con paredes que se mueven, aunque esa forma de angustia que experimenta la nieta puede no ser más que un estado de demencia, que es transmitida entre las generaciones, hasta alcanzarla a ella.
El final desconcertante descorre el velo sobre claves de la historia. Con un toque surrealista, y algo de gore, cambia completamente el tono y lo que parece ser un encuentro con las fuerzas del más allá, se transforma en un acto de expiación y piedad, en el que se asegura el legado de ciertos rasgos de personalidad que pasan de padres a hijos.
Aunque es lenta, Relic es una acertada película de suspenso con drama.
Fue estrenada en diversos sistemas de streaming.
@LucianoCampos G