Machete Kills es un proyecto ejemplar de la creatividad que Robert Rodríguez ha demostrado a lo largo de los años: no es capaz de desarrollar una idea completa en un largometraje y se concentra en presentar puntadas y chistes cortos.
Aunque es un realizador con prestigio e innegable dominio de la técnica, no ha podido concretar una sola película que demuestre su talento más allá de los conceptos básicos de producción. Conoce todo del cine y, en sus proyectos, se mete hasta la musicalización, pero no ha podido presentar un solo trabajo que llame la atención por su calidad orgánica.
En esta nueva entrega, el texano extiende aún más un chiste que parecía agotado. Machete Kills sigue al personaje interpretado por Danny Trejo, creado en el 2010 con la cinta Machete, sobre un agente federal mexicano que cobraba venganza contra quienes lo traicionaron.
La inauguración de la franquicia le dio la oportunidad a Rodríguez de explotar sus inquietudes evidentes: la mexicanidad vista desde el lado norteamericano, como una ocasión para la risa por el desagradable gusto de los paisanos, lleno de colorido, religión y estruendo.
Machete Kills sigue con lo mismo, con un relato farsante y con un argumento que da lugar para explotar los siempre disfrutables cameos, en medio de todos los cliché de cintas de acción B.
La cinta invierte una parte considerable de su esfuerzo con apariciones sorpresivas y divertidas de numerosas personas que son figuras reconocidas del gran público.
Vanessa Hudgens, Cuba Gooding Jr. y Antonio Banderas tienen pequeños papeles. Reciben más tiempo en pantalla figuras como Demián Bichir, Mel Gibson, Lady Gaga, Sofía Vergara, Charlie Sheen (acreditado como Carlos Estevez) y Michelle Rodríguez.
Aunque la historia es accesible y lineal, es intrascendente y poco atractiva. En territorio mexicano, Machete tiene que atrapar a un capo del narcotráfico que planea lanzar un misil contra Washington. La búsqueda lo lleva a enfrentar a un montón de enemigos a los que tiene que derrotar bajo una lluvia de balas.
El héroe guarro es indestructible. Nunca tiembla, aunque está rodeado de decenas de malvados. Es un tipo feo, pero irresistible para las chicas bellas. Es un jinete solitario que busca venganza y, aunque decide ya no involucrarse en asuntos del gobierno, las circunstancias lo atrapan y lo empujan.
Rodríguez, hijo de padres mexicanos y criado en la cultura del nopal, conoce muy bien los usos y costumbres de la raza y los satiriza. Todo lo nacional es motivo para el gracejo. A los norteamericanos les resulta tan atractiva como repelente la extraña vida de sus vecinos del sur.
El director, atrapado entre los dos mundos, toma lo mejor de ambos.
Todo el viaje de Machete es para mostrar cómo escapa de sus perseguidores, pero sin el mínimo asomo de tensión dramática. Todo es esperar el siguiente chascarrillo.
Los diálogos exagerados, los acercamientos de cámara brutales, los escenarios descabellados donde la maldad confabula, todo es fríamente premeditado para deleitar a los iniciados, que conocen que todo eso son lugares comunes en las cintas sesenteras.
Charlie Sheen es un improbable presidente norteamericano. Irónicamente, él, quien es uno de los actores más indeseables de Hollywood, encarna al comandante de la nación, pero es un tipo inmoral, cómico y pintoresco. Típico personaje de Rodríguez.
Sofía Vergara y Lady Gaga, quienes son el sabor del día en Estados Unidos, también tienen espacio para aparecer, ser ellas y provocar una media sonrisa.
Danny Trejo, el protagonista, quizás nunca habría tenido una oportunidad como ésta, si no es porque encaja a la perfección en el casting de Rodríguez, que necesitaba a un tipo de Charles Bronson mexicano, feo, simpático, valeroso y de gran corazón.
Trejo tiene escasas habilidades histriónicas. Ya es leyenda su pasado como delincuente juvenil, su paso por prisión y su sorprendente salto a la industria cinematográfica, siempre en papeles de tipo malvado y en personajes secundarios y decorativos.
En Machete Kills, aunque es el protagonista, es rebasado por todo su entorno. Todos los actores que lo escoltan lucen mucho mejor y lo superan fácilmente. Pero el tipo es el personaje central en torno al cual giran los demás. Es un protagonista muy limitado.
Mel Gibson, cada vez más desagradable conforme pasan los años, tiene también su aparición antagónica y le da un cierre de acción a la historia.
La película es un chiste prolongado. Machete se cuelga del aspa en movimiento de un helicóptero para cercenar cabezas de enemigos, los malos forman un ejército uniformado y enmascarado, la chica mala lleva sus pistolas en las bubis y el héroe se monta en un misil para desarmarlo.
A ver si Robert Rodríguez se concentra ya en dirigir en serio, aunque sea comedia, pero que ya haga algo que demuestre su talento para presentar proyectos de mejor factura.
(Sin estrella) Pésima * Mala * * Regular * * * Buena * * * * Excelente