
Australia es un drama largo y partido a la mitad, como dos películas en una. Sigue las aventuras y desventuras de una dama de sociedad que, en tiempos previos a la Segunda Guerra Mundial, viaja de Inglaterra a la hinóspita tierra de Oceanía, donde tiene que revitalizar un rancho arruinado. Para ello debe de enfrentar a un malvado terrateniente y sus compinches, ayudada por Hugh Jackman, como un rudo capataz, y una serie de nativos y paisanos de bajo perfil que le sirven en la tarea.
Con una duración de 2 horas 40 minu-tos, la cinta comienza con un primer acto que es una larga travesía por el desierto, con todos sus peligros y un resultado feliz. La segunda parte involucra a los perso-najes en un escenario de guerra, completamente contrastante, como si fuera otra realidad y en una vertiente argumental completamente diferente.
Al final, el corpus cinematográfico termina empapado de cursilería, con una trama anticipada y un final desangelado.
El genial Baz Luhrmann abusa de su chispa creativa al embeberse en una enorme producción con un look antiguo, que recuerda los grandes romances en una época terrible para la humanidad. El amor prevalecerá pese a las peores calamidades, recuerda el director y guionista.
En la grandilocuencia de la temática, propia de este director, se pierden los detalles y la dimensión de los personajes. Se privilegian las tomas abiertas para destacar el enorme esfuerzo de producción, y con ello se subordinan los caracteres que pudieron ser ricos en matices, pero que quedaron como monigotes de acción.
Lo que pudieran ser buenos momentos, con oportunas situaciones de tensión, queda en un espectáculo de artificios digi-tales, con una marcada tendencia a sorprender a los espectadores desprevenidos que se pueden encantar con estallidos y estampidas.
Estupenda como actriz, Nicole Kidman luce solvente, pero muy extraña dentro de sus artificios para mejorar su anatomía. Alguna vez fue una belleza australiana que cautivó a Hollywood. Ahora, con el rostro confeccionado por el botox, luce escuálida y enmascarada con una faz que no le es propia.
Jackman es la presencia más sólida y el más atractivo de los personajes, pero su interpretación es la del vaquero heroico que salva a la dama en una película de Disney.
Australia es larga, tediosa por momentos y chabacana.