Historia de un Letrero generó un tremendo escándalo por su triunfo en el festival Short Film Corner, que le da derecho a presentarse en todo el mundo como un cortometraje ganador dentro del Festival de Cannes 2008.
Su director, el tampiqueño Alonso lvarez Barreda, de 24 años, se convirtió en un héroe de la cinematografía no profesional. Consiguió el sueño de cualquier aspirante a cineasta. Pasó rechazo y penurias antes de presentar esta producción laureada que era como su consagración temprana.
Cuando fue notificado del premio, el 21 de mayo pasado, el chaval no lo podía creer; había derrotado a mil 800 trabajos similares al suyo de todo el mundo, inscritos en el certamen francés. Obtuvo, como premio, una cámara y una computadora.
Recibió felicitaciones y estímulos, por su trabajo. El alcalde de Tampico le entregó dinero y el gobernador de Tamaulipas le dio otro reconocimiento.
Ahora ya se sabe que el cortometraje de seis minutos resultó ser un fraude. La película es un plagio de múltiples maneras. La evidencia mayor del fusil es el corto español “Una Limosna, Por favor”, de Francisco Cuenca, de 30 segundos de duración, que fue presentado en el Notodo Film Fest de España en 2006.
Las similitudes son asombrosas y apuntan a la copia.
El 29 de mayo, en plena celebración, en un noticiario de Televisa, el periodista Carlos Loret de Mola contactó desde Tampico a Alvarez Barreda, para que aclarara las acusaciones. El chico se defendió pobremente.
Dijo en su descargo: “Así como hay similitudes, hay muchas diferencias. Y si a esas vamos, ya cuando la gente quiere comparar, pues cuántas películas de Hamlet ha habido y cuántas películas de La Pasión de Cristo”.
Además de los encuadres, que se asemejan entre los dos cortos, la anécdota es tomada de una cadena que ha circulado desde hace muchos años en Internet y que ha sido usada como ejemplo en cursos de mercadotecnia, sobre la importancia de optimizar los mensajes.
Otra evidencia: la música del corto de Alvarez Barreda es tomada, sin dar crédito, de la película El Cartero de Neruda, de 1994.
HISTORIA DE UN PLAGIO
Historia de un Letrero es el relato, casi sin diálogos, de un incidente. Un pordiosero sentado en la banqueta pide limosna en una plaza mediante un letrero manuscrito en cartón, en el que anuncia que es un ciego. Sus ganancias son escasas. Repentinamente, un hombre joven, trajeado y con portafolios, que parece ser un ejecutivo, pasa por ese lugar. El joven coge el cartón y cambia la inscripción que hay en él. Y se retira.
A partir de ese momento cambia la suerte del mendigo, quien comienza a recibir dádivas en abundancia. Hasta el final de la historia se sabe cuál fue el cambio que el muchacho hizo en el letrero.
Alvarez anota en los créditos que él escribió, produjo y dirigió el corto, sin señalar que lo tomó de una añeja historia.
El corto apela a la ternura. El hombre ciego está en medio de un ambiente de alegría, entre palomas y niños con globos. El, como protagonista, vive en silencio y en un mundo de sombras. La música es fundamental para generar un ambiente de compasión y es, en el caso particular de esta historia, tan importante como las imágenes.
Sin embargo, en la larga lista de agradecimientos y créditos finales, se omite mencionar que la banda sonora es tomada de la película El Cartero de Neruda (Radford, 1994), compuesta por Luis Bacalov.
El corto de Francisco Cuenca es idéntico, aunque con menos duración. Y este tampoco aclara que es tomado de una situación conocida. En este aparece un muchacho con pañoleta que pasa por el lugar donde está un hombre ciego que pide limosna con un letrero; el joven coge el cartón y le cambia el texto, con lo que los transeúntes comienzan a darle más plata. Básicamente es lo mismo.
La historia de Alonso tiene algunos méritos como el establecimiento puntual de las motivaciones de los personajes. La técnica de grabación es buena. Pero, por encima de todo, el gran valor de esta producción reside en la anécdota y en el sorpresivo desenlace.
Pero todo palidece frente a la revelación del fraude.
En la entrevista para el noticiario, Alvarez aclaró que él “nunca” dijo que su historia era propia, aunque en los créditos se aclara que él la escribió. “Yo nunca dije que soy el creador de esta historia, yo nunca dije que yo la escribí. De verdad que yo recibí la historia en base a una llamada telefónica y la historia es diferente en los personajes y los matices y las sutilezas”. Lo que hice fue adaptar el guión a la pantalla”.
Aunque en los créditos no se menciona que es un adaptación, el tampiqueño así lo señala. “Yo escribí la adaptación para la pantalla. Si ves mi corto anterior llamado El Algodonero, hay un crédito que yo me puse que dice ‘idea original’. Si este corto hubiera sido idea original mía, le hubiera puesto idea original, no ‘escrita por’, porque yo quiero que se me dé crédito como escritor”.
Alfonso Alvarez Barreda se quemó con la comunidad cinematográfica internacional. Ya anunció su próximo trabajo, titulado El Descubrimiento, que seguramente será observado con atención por la crítica para comprobar si ganó por mañas o si es un chico talentoso.