El primer acto de Fragmentos de una Mujer contiene una tensión insoportable. Retrata con escalofriante precisión un proceso de parto que debe ser efectuado en casa. La pareja espera a su primera hija, y lo que parece ser una rutinaria acción médica se convierte en una tragedia devastadora.
Entonces, él y ella deben pasar por un duelo tormentoso, en el que no se resignan a aceptar que la pérdida fue causa del destino, y se esmeran por encontrar un culpable, en la persona de la doctora que hizo el trabajo.
Vanessa Kirby y Shia LaBeouf son el retrato del dolor. Su matrimonio se desmorona lenta y dramáticamente, día a día, incidente por incidente, escena por escena. No hay poder que pueda evitar la destrucción de esta relación sólida, que no puede superar la pérdida.
Viven en un confortable asentamiento de clase media alta, en Boston. Se mueven en trabajos que les proporcionan estabilidad y la familia de ella está ahí para respaldarlos. Pero nada los prepara con la ausencia insoportable, que inevitablemente los va apartando hasta el punto en que entran en dinámicas de autodestrucción y mutua falta de respeto, como una proyección inconsciente de la laceración que les ha provocado la vida, que tan injustamente los trata.
Con un desarrollo dramático lento, el director húngaro Kornel Mundruczo va creando una atmósfera de desesperación, en la que las personas se van deslizando por un tobogán de desolación, del que ni siquiera se esmeran por abandonar. A fin de cuentas, se van destruyendo en la mentira, tratando de reunir los escombros de una sociedad conyugal que parece irremediablemente rota.
Las presiones externas son grandes. La familia que parecía estar siempre a su lado, se convierte en un factor de incomodidad. Ellen Burstyn, en escena, como la madre demandante, está, como de costumbre, en un gran nivel. Veterana y con tremendo oficio ante la cámara, tiene un par de intervenciones excepcionales, como la señora que ha sobrevivido a su propia pérdida y quiere que su hija vaya a los tribunales para buscar venganza, en forma de un juicio en el que rueden cabezas de los que, siente, son responsables del desastre que hay en la familia.
Como la mujer a la que alude el título, fragmentada en pedazos, Kirby da una sobresaliente interpretación. Sorprende su fuerza como la joven profesionista que lentamente, y en contra de su voluntad, tiene que renacer existencialmente, tratando de no perder la razón y la sensatez. La única forma que encuentra para conseguirlo es el simple sí sencillo perdón.
Disponible en Netflix, Fragmentos de una Mujer es una pieza fílmica absorbente, con un inicio desgarrador y muy incómodo, que muestra a personas que luchan por superar la agonía de un adiós inesperado.
@LucianoCampos G