Parece que Woody Allen cada año presenta la misma película, con diferentes actores. Afortunadamente, sus repeticiones son brillantes.
Consolidado como un dios de los diálogos cinematográficos, el realizador presenta Un Día lluvioso en Nueva York, que es un viaje circular de una pareja joven, que se pierde en la gran urbe. Extraviados, inesperadamente encuentran sentido a sus vidas.
El excelente casting juvenil, dentro de esta comedia romántica con enredos, hace recordar a él mismo en sus orígenes histriónicos: los personajes son despistados, parlanchines, ingenuos, agudos y con un crónico desvarío existencial que deben solucionar involucrándose en problemas gratuitos que son, básicamente, de carácter amoroso.
La anécdota, bellamente aderezada con piano de coctel como música incidental, recuerda también los primeros trabajos de Allen como guionista, con mucha carga de humor sutil y genial, con personajes inmersos en una tormenta de dudas sobre su propio destino. Y el sexo, como energía que detona los problemas, se trivializa, y infidelidades pasan de largo, sin consecuencias.
Gatsby (Timothée Chalmet) y Ashleigh (Elle Fanning) son una atractiva pareja que debe hacer un viaje a Manhattan, para que ella cumpla con un encargo como reportera del periódico de la modesta universidad en la que estudian. Inesperadamente cada uno desarrolla su propia agenda en la que nada resulta como se espera.
La acción entonces se divide. La hermosa estudiante, sumergida, repentinamente, en el mundo de las vicisitudes y la bohemia de la industria cinematográfica, es observada como un jugoso filete para ser devorado por lagartones que se la quieren llevar a la cama. Ashleigh, encantadora e ingenua, bella y tonta, recuerda a Linda (Mira Sorvino) de Poderosa Afrodita (Mighty Aphrodite). No es sorpresa que Un Día lluvioso… estuviera enlatada dos años a causa del movimiento #Metoo. El acoso de tipos mayores hacia la jovencita se parece muy peligrosamente a las peripecias escandalosas que en la realidad ha enfrentado el mismo director a lo largo de décadas. Tal vez esta es una forma de mostrarle al mundo que poco le importa lo que se diga de él, estigmatizado como pederasta.
Gatsby, a su vez, hace su propia aventura por la gran ciudad. El esmirriado Chalmet ya entró en las grandes ligas como intérprete. El papel de galán taciturno lo hace patéticamente vulnerable y atractivo. Se la pasa contrariado por la novia que no encuentra, pero arma su propio tour en el que encuentra a Selena Gomez, actriz teen que parece que desperdicia esta gran oportunidad. Aunque recita bien sus diálogos lo hace con muy poco entusiasmo. Lo suyo, por lo que se ve, es más una aportación étnica para el gusto de los cinéfilos latinos.
Por ahí aparece Diego Luna como un espectacular latin lover caricaturizado, que contribuye a participar en una escena de puertas, la única que tiene movimiento, en una cinta hecha entre personas que tienen su encanto en su capacidad asombrosa de no poder mantener la boca cerrada.
Un Día Lluvioso en Nueva York es una buena película de Allen. Rutinaria, pero efectiva. Vale por ver su impresionante repertorio que incluye, también, a Liev Schreiber y Jude Law.
@LucianoCampos G