Era la mañana del miércoles 4 de agosto y con poco dinero, Dario Lara acudió hasta las instalaciones de Cáritas de Monterrey en busca de medicamento, pero lamentablemente no encontró por la escasez que ha afectado al organismo.
“Es la primera vez que vengo, uno le hace la lucha, pero no hay, no encontré el medicamento, ahora me tengo que esperar”, dijo en tono triste.
La familia Lara Enríquez es originaria de Tula, Tamaulipas, y tiene un mes de haber llegado a Monterrey, con el fin de que el padre de familia recupere su salud ya que sufre de un tumor en la garganta.
Su situación económica los trajo hasta las oficinas de Cáritas en busca de apoyo, pero no lo encontraron, ya que la falta de ayuda de la ciudadanía los ha llevado a ofrecer menos servicios.
En este tiempo una familia del municipio de San Nicolás se apiadó de ellos y les ha dado asilo mientras mejora la situación.
“Son muy amables, pero quisiéramos ver si alguien nos puede apoyar económicamente, porque el medicamento que me dura una semana tiene un costo de 3 mil 700 pesos”, dijo el tamaulipeco quien tiene 45 años de edad.
Esta familia se dedica al cultivo de tierras y los ingresos que recibe son mínimos, por lo que piden un respiro, ya que la crisis los ha afectado seriamente igual que a Cáritas de Monterrey, el cual está a punto del colapso.
YA NO HAY APOYO
A pesar de haber sido inaugurada en 1982 en plena época de crisis, Cáritas de Monterrey en los últimos dos años se ha enfrentado a una difícil situación, pues los apoyos han caído significativamente a causa del incremento en la pobreza.
“El aumento de la pobreza, la crisis financiera y la disminución de los donativos en efectivo nos han traído a este estado de casi colapso.
“Estamos en esta difícil situación desde hace casi dos años. El problema es quizá que Cáritas ha crecido mucho ante el incremento desproporcionado de las necesidades”, comentó Adrián Garza de la Garza, presidenta del Consejo de Cáritas de Monterrey.
En tanto, Liliana González, coordinadora de comunicación social, añadió que se están enfrentando a la peor crisis.
“La crisis nos ha golpeado por todos lados. Hace 28 años que iniciamos y fue precisamente en época de crisis y ha sorteado otras, pero nunca una tan difícil y profunda como la de ahora. De alguna manera tenemos que decirlo, esta impactando y necesitamos para la obra, que nos ayuden”, expresó.
A pesar de contar con más de 10 mil voluntarios y una planta laboral de 237 empleados para operar los recursos (y en los últimos dos años abandonaron las instalaciones 20 trabajadores, ya que el salario es modesto y a los que se quedaron se les diminuyó un 10 por ciento), no se pueden ofrecer más servicios si no hay donativos.
“La gente de Cáritas, sobre todo en tiempo de desastres, trabaja jornadas de hasta 16 horas o más de lunes a domingo, y lo hace sin cobrar. Sólo la ayuda de Dios y la entrega de nuestra gente explican que aún estemos de pie”, comentó por su parte Adrián.
Incluso no han tenido dinero para reparar vehículos, por lo que algunas unidades se encuentran paradas en las instalaciones.
“No hemos tenido dinero para reparar vehículos, desde 30 meses, donde hemos estado: oye ya salió para esto, pero se descompuso esto otro”, agregó la coordinadora de comunicación social.
La carencia ha sido tan grande que las trabajadoras sociales se han ido hasta en camión a hacer sus investigaciones, a pesar de que cada vez son mayores las distancias.
“Es importante que la gente sepa que no se ha dejado de trabajar en Cáritas, pero ya estamos en el punto en el que puede que quiebre, o recibimos más donativos o cerramos más programas, si no hay donativo, no hay programa.
“Esto a la vez implica menos servicios, cuando estamos en un momento en que las necesidades son mayores; estamos en crisis y hay gente que si de plano tenía poquito, ahora sí no tiene nada”. expresó Liliana.
Alrededor de 100 personas acuden semanalmente a Cáritas, pero no todas requieren de una ayuda integral.
“La gente viene, pero no tenemos para ayudarles, son menos apoyos los que se están dando. La trabajadora social hace la investigación y hay casos donde la gente ocupa una silla de ruedas, pero si no tenemos qué hacemos”, remarcó la comunicóloga.
Con tristeza Liliana dijo que saben que la gente está muy necesitada y sienten impotencia de no poder ayudar.
“¿Cómo le hacemos? Hay gente que te dice quiero donar para apoyar a cierta comunidad, y si las necesidades son otras, pues tenemos que respetar y aceptar el donativo, lo sabemos operar. Ya estamos al límite y necesitamos el donativo. Cáritas sí va a continuar, pero si baja el donativo son menos los servicios”, enfatizó, notoriamente preocupada por la situación.
En el área de Casos, que se encarga de ayudar a personas o instituciones con necesidades específicas, el apoyo entregado ha registrado una baja del 50 por ciento.
Como dice un dicho: nadie puede dar lo que no tiene. Aplica para el caso de Cáritas.
“Y si no tenemos apoyo económico, ni tenemos gente suficiente para nuestros programas, sólo daremos lo que tengamos”, dijo por su parte Adrián.
Cáritas de Monterrey cuenta con diferentes departamentos como: Banco de Alimentos, Departamento de Casos, más de 11 programas Brigadas Médicas, también consultas de especialidades.
Ofrece los servicios médicos a bajo costo y entrega despensas, ropa, entre otros.
Ante el pésimo panorama, esperan que a través de los medios de comunicación, la comunidad ayude ante la difícil situación que enfrentan. Además cuentan con la campaña “Cáritas ya no puede más”, con la cual pretenden dar un respiro al organismo.
Y es que a pesar de que existen muchas organizaciones de la sociedad civil, cada una se encarga de atender a cierto sectores de la población.
Cáritas da servicios a toda la comunidad incluso a foráneos, a través de la Posada del Peregrino, la cual tiene más de 20 años de estar operando y se encuentra ubicada en la avenida Simón Bolivar 190 en la colonia Chepevera, y se atiene a un promedio de 2 mil a 3 mil personas anualmente.
“Desde niños, adultos, personas de la tercera edad, foráneos; porque también es importante, hay mucha gente de otros Estados que viene a atenderse alguna enfermedad y mientras esperan a que su familiar se mejore solicita ayuda, y aquí les ayudamos”, dijo Liliana.
Pero lamentablemente los donativos en especie de todo tipo ha caído casi a cero.
Además han tenido que disminuir el número de sorteos, anteriormente se realizaban tres Sorteo Cáritas anualmente y ahora sólo se hacen dos. También se suspendieron programas como el de Cáritas Comunitaria que se realizaba en el municipio de Mina, Nuevo León; y se cerraron dos centros de Promoción Humana.
“El problema es que los que demandan nuestra ayuda han crecido en número y los recursos han disminuido. Han disminuido los donativos en efectivo, ‘para la obra’, con los cuales pagamos la nómina, gastos de operación como la luz, renta, teléfono, gasolina, mantenimiento, entre otros.
“También sostenemos programas que no reciben fondos del público, como Posada del Peregrino, Centros de Promoción Comunitaria, 46 dispensarios médicos y otros; y sí hay otro tipo de donativos, pero esos vienen ‘etiquetados’ para un programa particular, esos no los podemos usar para pagar los gastos anteriores”, dijo Adrián Garza de la Garza, presidente del Consejo.
Añadió que seguirán luchando por sobrevivir y seguir dando auxilio a los necesitados.
“Estamos pidiendo a nuestra comunidad que siempre ha sido muy generosa, que nos ayude; ya sea con donativos sin etiquetar, ‘para la obra’ y también comprando los boletos de nuestro Sorteo Cáritas, por favor, ayúdenos a ayudar; sólo la ayuda de Dios y la entrega de nuestra gente explican que aún estemos de pie”, expresó.
Cabe mencionar que desde el 2008, Adrián Garza de la Garza lazó un llamado a los regiomontanos, ya que se avizoraba una crisis y se pronostica que dure años.
Hace dos años los donativos en efectivo que recibió el organismo cayó en un 12 por ciento en comparación con el 2007. Y a la fecha se lleva reunido apenas la mitad de lo recaudado hace 24 meses.
Cáritas de Monterrey apoya a la gente que más lo necesita en diferentes rubros: vestido, salud, alimentos y refugio, entre otros.
Ademas, capacita en oficios, cultura emprendedora y motivación. Del mismo modo cuenta con 10 centros repartidos en los municipios de Monterrey, Guadalupe, Santa Catarina, Escobedo y Juárez.
La operación actual de Cáritas se ubica de la siguiente forma: 122 Cáritas parroquiales; 40 dispensarios médicos; 10 centros de promoción comunitaria; 2 consultorios médicos móviles y 2 dentales móviles. Así como un banco de alimentos y materiales médicos; un banco de ropa; un albergue y a banco de alimentos.
Para poder seguir dando servicios y operando es necesario que la comunidad aporte donativos en efectivo para sufragar los gastos de operación y llegar a los más necesitados, ya que mensualmente la institución invierte 4.5 millones de pesos en pagos de todo tipo entre ellos: sueldos, prestaciones, mantenimiento de vehículos.
NIÑO VOLUNTARIO
Para ayudar a los que menos tienen, no hay límites. Prueba de ello es Edmundo Yancarlo Collaza Sauceda, quien a sus 11 años de edad está como voluntario en el Banco de Alimentos de Cáritas, ubicado en la calle María Cantú Treviño 700A, colonia Zona Industrial en San Pedro Garza García a donde llegan todos los apoyos del centro Cáritas.
“Lo importante es ayudar, sobre todo en tiempo de desastres, lo hacemos sin cobrar, sólo con la intención de poder ayudar”, dijo.
Edmundo decidió hacer algo diferente a lo que el resto de los menores hacen durante el receso vacacional.
Por su propio pie y motivados por sus primos acudió hasta las instalaciones del Banco de Alimentos donde colabora separando los paquetes que llegan con mercancía o tapando con lonas las cajas que están listas para subir a los camiones y ser repartidas posteriormente en diferentes puntos de Nuevo León.
Para el niño, no importa el horario, su jornada es de 12 horas, pero está consciente de que hay mucha gente que necesita ayuda.
“La entrada es a las nueve de la mañana y la salida a las nueve de la noche y aquí comemos lo que se pueda, todos hay que echarnos la mano, el horario no importa”, dijo.
Vestido con un short, camisa larga y gorra, el vecino del municipio de García platica amablemente con sus otros compañeros que tiene en promedio la misma edad.
En estas vacaciones vive con su abuelita en San Pedro. Además cambió los partidos de futbol por una noble causa de colaborar en el Banco de Alimentos.
“Sí me gusta jugar futbol y leer no tanto, pero me gusta ayudar y me gustaría hacerlo después aunque sea los sábados”, dijo.
Los padres de Edmundo y su hermano (menor) viven en García y están contentos de la labor que realiza en Cáritas, precisamente donde hacen falta manos y apoyo.
Las familias que piden ayuda; los coordinadores de Cáritas y los propios voluntarios, son muestra de la gran necesidad y a su vez de la perseverancia que tienen para que el organismo no muera, por lo que piden a gritos la ayuda de toda la comunidad, en este tiempo que la crisis económica e incluso de inseguridad azota a la entidad.
Cabe mencionar que durante la contingencia por Álex, Cáritas de Monterrey entregó apoyos en 808 hogares de los municipios de García, Santa Catarina, Pesquería, San Pedro y Monterrey; además de ayudar a los municipios de Los Rayones, Iturbide, Los Herrera, Los Ramones, Lampazos, Santiago, Salinas .
Para las personas que deseen ayudar a Cáritas Monterrey, lo pueden hacer a través de la cuenta 50 de Banorte; en la 10 de Banco Ahorro Famsa; llamando al teléfono 1340-2000 o solicitando información sobre boletos al teléfono 13402100. Del mismo modo pueden acudir a Francisco Garza Sada 2810 en la colonia Deportivo Obispado, en Monterrey a dejar el donativo.